La metamorfosis de los MOOC

 

El trayecto de los MOOC ha sido furioso: apenas llevan cinco años de vida y parecen estar pasando una gran metamorfosis luego de su estallido inicial. En 2015 se calcula que 35 millones de personas en todo el mundo cursaron al menos un MOOC, duplicando la cifra de 2014. Estos pioneros serán considerados, quizás, el eslabón experimental del mayor laboratorio de educación digital del mundo. ¿Qué han visto? ¿Qué aprendieron? Más importante aún: ¿qué aprendieron de estos 35 millones de alumnos las grandes universidades y empresas que hacen MOOC?

Los MOOC son Cursos Online Masivos Abiertos (en español, COMA). Nacieron en 2011 cuando más de 160 mil personas se matricularon en un curso de Inteligencia artificial ofrecido por Sebastian Thrun y Peter Norvig en la Universidad de Stanford. Las grandes universidades comenzaron a ofrecer cursos gratuitos que tienen clases, ejercicios, trabajos grupales y certificados: todo online. ¡De pronto fue posible tener a los mejores profesores del mundo gratis!

Su primera etapa de fulgor ya terminó como centro del negocio. Fue la etapa gratuita. Fue la invitación: un gran acto de publicidad que ahora busca sustentabilidad. Distintos estudios mostraron que los MOOC gratuitos eran masivos en su inicio, pero pocos los terminaban y muy pocos obtenían un certificado. Pronto se vio que la M de masivo se correspondía con el nivel de abandono que tenían.

La nueva etapa apenas ha comenzado. Es una mesa de cuatro patas: Educación, Habilidades, Credenciales y Trabajo. Ha llegado el momento de monetizar los MOOC y crear ganancias. Lo gratuito de los cursos persiste, pero sólo para “consumir”, no para acreditar saberes. La diferencia es decisiva.

Cuatro historias de los grandes dueños del mercado de los MOOC muestran la metamorfosis.

1-Coursera: el ganador se lleva todo.

El mayor jugador de los MOOC es, por lejos, Coursera. En 2015 capturó el 35% de la oferta de cursos con 15 millones de alumnos. EdX, su mayor competidor, quedó lejos con un 18%. La capacidad de nuclear grandes universidades de Coursera se combina con tres mecanismos recientes de monetarización:

  • la calificación de los ejercicios en los cursos gratuitos.
  • la creación de su gran novedad: las especializaciones, que funcionan como secuencias de cursos con un proyecto final integrador (cuestan entre 300 y 600 dólares).
  • los certificados de aprobación de los cursos (tarifa plana de 49 dólares por curso).

2-Udacity: el unicornio de los nanocertificados.

Udacity se convirtió en 2015 en el primer unicornio de la educación. Los unicornios, en el mundo de los negocios, son startups con un valor superior a mil millones de dólares. El secreto del éxito fue un gran giro: pese a ser uno de los creadores de los MOOC, su fundador, Sebastian Thrun, vio que el negocio se estaba muriendo. Pocos terminaban un MOOC. Era una idea vieja (el saber por saber, sin fin práctico) envuelta en un paquete nuevo.

El giro fue abandonar la lógica académica y volcarse a las habilidades necesarias para conseguir trabajo. Entonces Udacity creó los nanocertificados, que se ofrecen luego de realizar un curso basado en el saber hacer, con apoyo online de expertos y con salida laboral directa. Thrun dice que los MOOC los completaban el 2% de los que se anotaban y con los nanocertificados la tasa se disparó al 90%.

3-Lynda y Linkedin: la fusión de dos mundos.

En 2015 una fusión nuclear mostró el cambió de rumbo de la educación: Linkedin, la mayor red social profesional del mundo, compró Lynda, una empresa de educación on line, por 1.500 millones de dólares. El secreto de la fusión es juntar a los que buscan trabajo con las habilidades para conseguirlo. La promesa funciona así: si lo que falta en tu CV para trabajar en lo que buscas es la habilidad de programar, aquí se te presenta el curso que necesitas para sortear esa brecha y conseguir empleo donde quieres.

4-FutureLearn, MiriadaX, Université Numérique, Tutor Group: los mercados emergentes.

La tendencia viaja por todo el mundo. Futurelearn, de Inglaterra, dio el mayor salto en el mundo de los MOOC, cuadriplicando en un año la cantidad de alumnos y superando en 2015 a Udacity. MiriadaX y Université Numérique son los pesos pesados en el mercado en español y francés, que vienen creciendo.

Un párrafo aparte merece China, que juega en otra liga, como ya hemos contado aquí. Algunos analistas cuentan la revolución educación de China bajo el siguiente lema: “todo aquí es MOOC”. El mismo concepto pierde sentido y se transforma en una diversidad de modelos donde la palabra “masivo” está por todas partes. Basta conocer Tutor Group para entender que ya nada será lineal en el mundo educativo, sólo se podrán entender las fusiones: se trata de la mayor plataforma online de aprendizaje de inglés del mundo, una habilidad esencial para el mundo del trabajo.

Todo está cambiando…

Un paso histórico en este camino empezó en Malasia, el primer país del mundo en crear una política nacional de reconocimiento de los créditos de los MOOC. El Estado puede ser un gran acelerador de este movimiento o ignorarlo y dejar que funcione al estilo Lynda-Linkedin, como un mercado directo entre habilidades y empleadores.

¿Qué mundo nuevo nos muestra la metamorfosis de los MOOC?

El divorcio de la educación y el trabajo, separados desde los orígenes religiosos de los sistemas educativos modernos (más preocupados por la formación moral, científica, ciudadana o religiosa de las personas que por su empleabilidad), puede estar llegando a su fin en la era digital.

Los MOOC parecen ser el desvío histórico de las universidades enciclopédicas hacia la formación pragmática para un mercado de trabajo basado en el conocimiento. El Big Data va a acelerar este proceso con plataformas adaptativas y correctores de pruebas basados en la inteligencia artificial.

¿Morirán las universidades, ajenas  a la inmediatez de esas habilidades, lejanas físicamente para la gran mayoría de la población y muy caras para una promesa abstracta de conocimiento? ¿O renacerán como instituciones profundas que integran saberes e interpretan una época de cambios con un nuevo arsenal académico de disposiciones epistemológicas?

Nadie lo sabe aún. Los 35 millones de pioneros parecen estar cruzando una frontera. No se sabe dónde van. ¿Será hora de seguirlos para ver con los propios ojos el posible futuro de la educación? Basta entrar en los links de este sitio para hacer la prueba y entrar en el mayor laboratorio educativo del nuevo siglo.

Fuente:http://futuroeducativo.com/la-metamorfosis-de-los-mooc/?platform=hootsuite

#SemáforoEconómico: Mexicanos producen menos y trabajan el mismo número de horas

#SemáforoEconómico: Mexicanos producen menos y trabajan el mismo número de horas

La productividad laboral se mide con el Índice Global de Productividad Laboral de la Economía, que muestra qué tanto producto interno bruto se genera con las horas trabajadas por los mexicanos. AP

México cerró 2015 en rojo en productividad laboral. Las últimas cifras del#SemáforoEconómico muestran que, en el último trimestre de 2015, la productividad laboral decreció 0.4%; mientras que en todo el año pasado decreció 0.3% a tasa anual.

Con la misma cantidad de horas trabajadas, los empleados mexicanos produjeron 0.003 veces menos de lo que habían producido en 2014, es decir, nuestra productividad se encuentra estancada.

Para poder lograr un crecimiento económico sostenido, México, ¿Cómo Vamos? señala que la productividad laboral tiene que crecer a un ritmo de 4.8% anual. Claramente, estamos lejos de este objetivo.

La productividad laboral es uno de los principales indicadores de desarrollo económico. Un aumento en la productividad laboral es un incremento en la capacidad de un trabajador de producir más con los mismos factores.No se trata de trabajar más horas o de tener mejores herramientas, la productividad captura qué tan eficiente se es produciendo con los recursos que se tienen. En la medida en la que la productividad de los trabajadores mejore, sus ingresos laborales aumentarán.

En la última década, la productividad laboral del país solo ha crecido 0.6% promedio anual. La tasa más alta se alcanzó en 2010, tras el rebote de la crisis, con una tasa de 3.4%. Hasta el momento, el semáforo de México, ¿Cómo Vamos? no ha estado nunca en verde.

El ingreso laboral per cápita, en términos reales, no ha recuperado los niveles previos a la crisis de 2008. Incluso, desde 2006, los ingresos laborales per cápita han decrecido 0.9% anual y en los últimos años han permanecido estancados, al pasar de mil 679 pesos mensuales en promedio en 2013 a mil 644, en 2015.

En la última década, la productividad laboral del país solo ha crecido 0.6% promedio anual.
En la última década, la productividad laboral del país solo ha crecido 0.6% promedio anual.

 

Es de esperarse que los países cuyos trabajadores son más productivos sean también los de mayor PIB per cápita. Dentro de los países miembros de la OCDE, México es el menos productivo y su PIB per cápita es también el menor. En el mismo grupo, los mexicanos son los que más trabajan, 2 mil 139 horas anuales por trabajador. Pero no es la cantidad de horas, es la calidad del trabajo realizado en esas horas.

De acuerdo con los datos del The Conference Board de 2015, el PIB per cápita de México es de 17 mil 931 dólares (ajustado por PPP) y su productividad laboral, de 20 dólares por hora trabajada. Chile tiene un ingreso per cápita de 23 mil 794 dólares y una hora trabajada vale 28 dólares. El PIB per cápita de Estados Unidos es 55 mil 310 dólares y la productividad es de 67 dólares por hora.

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El camino para incrementar la productividad está en la formación de capital humano. Se llega a una mayor productividad al invertir en investigación y desarrollo, en innovación, en tecnologías de la información. Para que las personas sean más productivas, se necesita educación y capacitación. Es un camino largo, pero se tienen que dar pasos para llegar. Algunos estados del país lo están haciendo: Nuevo León y Querétaro, por ejemplo. Otros lo pueden hacer.

Si bien hay que ir sentando las bases para mejorar la productividad de forma sostenida, hay cosas que se pueden hacer en el corto plazo. Hay que pensar en eficiencia, en mejorar procesos, en eliminar trámites innecesarios, en uso efectivo del tiempo. Parecen pequeñas cosas, pero pueden cambiar radicalmente la forma en la que se produce.

Para que México pueda entrar eventualmente en una senda de crecimiento sostenido es indispensable no solo lograr mejorar la productividad, sino lograr incrementos continuos en la misma. En una época de integración económica y de cambio tecnológico, hay que formar capital humano capaz de adaptarse, de generar, a su vez, mayor productividad.

Las universidades requieren de políticas para el recambio generacional

Se debe tomar en cuenta la fuerte vinculación de los profesores con sus instituciones y con los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Se debe tomar en cuenta la fuerte vinculación de los profesores con sus instituciones y con los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Las universidades de México requieren con urgencia políticas institucionales que permitan el recambio generacional para el largo plazo, así como condiciones “óptimas, adecuadas y dignas” para el retiro de los académicos, consideró Lorena Olivier Villalobos.
La doctora en sociología por la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y ganadora del Premio ANUIES 2015 en la categoría Estudios de Doctorado, hizo el planteamiento en la tesis “Recambio generacional en las universidades públicas mexicanas. Universidad Autónoma de Chapingo y la Universidad Autónoma Metropolitana.”

En esa investigación refiere la necesidad de desplegar políticas públicas que propicien un proceso de recambio del personal académico de las instituciones de educación superior, “en condiciones justas y atractivas” que permitan la llegada de nuevo capital humano y con ello la renovación de la planta docente.
La doctora Olivier Villalobos explicó en entrevista que su interés al realizar este trabajo fue analizar las implicaciones de contar con personal académico de edad avanzada en las instituciones, “pues al no haber salida vía la jubilación tampoco hay ingresos o éstos son muy limitados”.
Este fenómeno es importante y no solo ocurre en la UAM o en Chapingo, sino en el resto de instituciones públicas de educación superior.

La investigadora señaló que diversos factores determinan la inexistencia de programas de recambio generacional en las instituciones, entre ellos la ausencia de mecanismos de regulación del retiro como hay en otros países —Estados Unidos, España y Francia— donde sí se establece una edad determinada obligatoria para la jubilación de los académicos.
En México un docente se jubila cuando lo desea, a lo que se suma que las universidades carecen de programas específicos, pues esa situación se lleva a cabo mediante el sistema de seguridad social que brindan los institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).

Las universidades públicas enfrentan en este momento dos fenómenos: por un lado el envejecimiento de la plantilla, pues no cuentan con un esquema de jubilación, sino que los profesores lo hacen vía el Issste o el IMSS y gozan de “muy buenas” prestaciones, pues tienen acceso a estímulos y becas que constituyen una parte muy importante de sus ingresos.
Por otra parte, en las universidades que poseen esquemas propios que se suman a los de carácter federal se pagan pensiones a veces por más tiempo respecto del que un profesor estuvo activo, lo que ha conducido a crisis financieras.
“Son los dos polos opuestos que hay en el panorama y ambos tienen afectaciones en los niveles financiero y del conocimiento” de las instituciones.


La vinculación académica
En la parte académica también hay elementos que debieran ser considerados, por ejemplo, la fuerte vinculación de los profesores con sus instituciones y con los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Los académicos de la UAM y la Universidad Autónoma Chapingo “están muy acostumbrados a la actividad académica, a investigar y a participar en congresos, seminarios y a gestionar el registro de patentes”, entre otras actividades que significan mantener un vínculo también importante.
Existen propuestas de retiro voluntario en instituciones como la Casa abierta al tiempo, pero no han alcanzado éxito porque abarcan la parte académica, pero no la humana.
Otro tema es cuando se abre una plaza por concurso de oposición. En ese caso el aspirante debe tener experiencia en investigación, docencia, elaboración de planes y programas de estudio y reconocimiento nacional e internacional.
Sin embargo, “sucede que quienes concursan y ganan pueden tener una edad similar a la del profesor que será sustituido y entonces no hay un proyecto de recambio generacional de largo plazo”.

Esto representaría que el profesor que saliera fuera sustituido por otro con gran capacidad académica y de investigación, lo que solucionaría las necesidades en dichos aspectos, pero no las de un programa de largo plazo, como sí lo hubo cuando se fundaron la UAM y la Universidad Autónoma Chapingo.
Olivier Villalobos precisó que en ambas instituciones los recursos son limitados y ninguna cuenta con un sistema de retiro atractivo para los académicos. Esto ha llevado a desarrollar estrategias de contratación de docentes para cubrir algunas clases, pero no se ha podido establecer un programa de recambio como tal.
Las dos tienen pros y contras de contar con profesores de edad avanzada; entre las primeras están el amplio conocimiento de la institución, la operación diaria de la universidad, la atención de un grupo y, en general, la experiencia acumulada después de décadas dedicadas al desarrollo de una disciplina.
No obstante aparece como desventaja principal la resistencia al cambio. Otra es la edad promedio de los académicos, que en Chapingo asciende a 52 años y en la UAM a 58 años y la cual seguirá aumentando, mientras que la de los jóvenes oscila entre 18 y 24 años.
La investigadora mencionó que más que una propuesta, su trabajo consistió en señalar el fenómeno para “decir a los tomadores de decisiones que hay un problema urgente por resolver” y, en ese sentido, “se necesita contar con una política institucional que dé salida a un asunto que ha ido pasando de gestión en gestión, pero que en su momento a alguna corresponderá resolver”.

La app que quiere acabar con la desigualdad

Thomas Knobel, creador de la app Wowapp, hizo algunos amigos en el hotel donde se hospedó durante su visita a México. Él les platicó sobre su proyecto y uno de ellos le dijo: “Ah, claro, yo tengo la aplicación”. “¿Qué probabilidades existían de que yo me encontrara a alguien con la aplicación? Esto, para mí, fue una señal”, dijo.

 

Por Ruth Mata

Ochenta y cinco personas en todo el mundo tienen la misma riqueza que la mitad de la población mundial; este dato lo obtuvo la organización Oxfam en el 2014. En el año 2009 ya había más de 2,000 millones de personas conectadas a internet en todo el planeta; hoy son más de 3,000. ¿Cuál es la relación entre desigualdad y conectividad? A primera vista parece no existir, pero Thomas Knobel opina lo contrario.

Knobel fundó en 1998 la empresa Nobel, una de las compañías más importantes de servicios de telefonía en el mundo. Una de sus divisiones NobelTel opera la red mundial TDM/VoIP. También fundó PowerSoft en Suiza, una compañía que fabrica software y videojuegos.

Para Thomas, de 38 años, el tema de la conectividad ha producido un extraño fenómeno, que la gente trabaje de manera gratuita. ¿Cómo sucede esto? Cada vez que la gente utiliza internet genera ganancias y echa a andar un sistema económico cuyos beneficios jamás verá reflejados en su cartera. La mayoría de las ganancias van directamente a las cuentas de los empresas relacionadas con estos servicios. ¿Esto genera la desigualdad? No, pero sí es un factor de peso, explicó en una charla TEDX del año pasado en Bucarest.

“El modelo de negocio que yo más admiro es Wikipedia, porque es gente de todo el mundo contribuyendo con lo que sabe, es un modelo cuyo objetivo es compartir información” dijo en entrevista para Forbes.

En 2009 creó el concepto Wowism, con el que propone un sistema económico en el que las empresas reparten sus ganancias con la comunidad, ya sea con asociaciones benéficas o pueden monetizarlas. A partir de este concepto desarrolló la aplicación Wowapp. Con esta aplicación se pueden compartir mensajes de manera instantánea, hacer video llamadas, llamadas internacionales con tarifas preferenciales y compartir información de forma segura sin dejar rastro de esos archivos en los servidores de la empresa.

Esta aplicación fue lanzada de manera oficial en octubre de 2015 y ya tiene 1.3 millones de usuarios en el mundo. El país en donde la proporción de usuarios es mayor es en Rumanía, justo en donde Thomas empezó el proyecto con un equipo de 70 programadores y una inversión de 30 millones de dólares. Otros países en donde agrupan mayor cantidad de miembros son Brasil, Malasia, India, Rusia y Estados Unidos. A través de esta App ya están conectados más de 40 países y en México ya tiene 7,500 usuarios.

Los ingresos que tiene esta aplicación provienen principalmente de anuncios publicitarios y Knobel estima que en un mes tendrán un método más: los videojuegos en línea. En 18 meses más habrá por lo menos siete estrategias más para captar recursos.

“Empezamos hace muy poco, empezamos hace unos cuantos meses y es muy pronto para tener un monto definido. Han estado los anuncios sólo 90 días. Los montos más grandes que hemos visto que a la gente se le pagan son 20 dólares, 30, 40 dólares por mes”, dijo durante la presentación de la App en México.

Y es que 70% de las ganancias que genera esta aplicación se reparte entre los usuarios, el resto se utiliza para mantener la plataforma. Ellos pueden elegir quedarse las ganancias y monetizarlas o pueden donarlas a una serie de fundaciones que elige la empresa. De cada país participante se eligen las fundaciones que recibirán los recursos; la empresa revisa que las organizaciones sean legítimas, que cumplan con todos los requisitos ante la ley y que tengan presencia en internet. En México se eligieron 25 fundaciones.

“Algo que me sorprendió fue que en México hay una cantidad muy importante de fundaciones de caridad dirigidas al cuidado de las niñas”, dice.

La aplicación está disponible para los principales sistemas operativos, como iOS y Android.

“La aplicación tiene dos objetivos: el principal objetivo es compartir. Para la mayoría de los usuarios estas ganancias pueden ser muy buenas y pueden hacer la diferencia en sus vidas. Yo no quiero que donen todo, la mayoría de la gente no puede. En mi opinión Wowapp trata de motivar la igualdad y facilita las donaciones. En muchas ciudades no puedes hacer donaciones fácilmente en las calles y nosotros lo hacemos fácil. Nosotros creemos en los pequeños pasos porque pueden hacer una gran diferencia… ¿La misión de mi vida? Tratar de hacer esa diferencia, porque he sido muy afortunado en la vida, tremendamente afortunado…”, concluye.

Fuente:http://www.forbes.com.mx/la-app-quiere-acabar-la-desigualdad/

6 megatendencias en RSE hacia el 2020

Conoce qué están haciendo los grandes innovadores con miras hacia el 2020

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Cientos de líderes globales se reunieron recientemente en el Congreso Mundial de Responsabilidad Social Empresarial 2016 en Mumbai, India. En este congreso presenté los resultados de un análisis que realicé a propósito de los planes en RSE hacia el 2020 de los grandes jugadores en los sectores de tecnología, salud e innovación.

En dicha presentación, pude constatar con los colegas asistentes que estas megatendencias en RSE están dirigiendo el camino de no sólo las multinacionales de dichos sectores, sino también de las pequeñas y medianas organizaciones de muy diversas industrias, e incluso en el sector sin fines de lucro.

Descubre en la siguiente infografía cuáles son estas megatendencias y analiza cómo puedes aplicarlas en la planeación de la estrategia de RSE de tu empresa.

infografía megatendencias

Por. Esmeralda Araiza

Fuente:http://www.expoknews.com/6-megatendencias-en-rse-hacia-el-2020/

Universidades en línea: expectativas, necesidades y errores

Escrito por 

 

Al  contar con datos objetivos, es factible  retroalimentar las estrategias de la educación online.

Los lápices no contribuyen al aprendizaje. —Seymour Papert

El crecimiento de la educación superior a distancia parece un hecho inevitable al haberse ya puesto en marcha su transición, desde una condición de modalidad marginal hacia una estrategia  central de oferta educativa. Uno de los motivos de esa transición es la reforma a los artículo tercero y 31 constitucionales que  dieron lugar a la obligatoriedad de la educación media superior en México, a partir del 9 de febrero de 2012. Este nuevo compromiso del Estado también se está resolviendo mediante la educación en línea. Tales cambios en la política educativa obligan a discutir las diferencias entre la universidad presencial y la universidad en línea, a analizar las expectativas que trae consigo, explorar sus necesidades y evidenciar sus posibles errores.  De no hacerlo, se corre el riesgo de afectar tanto las aspiraciones de los jóvenes estudiantes como el prestigio de las instituciones que incursionen en esta modalidad.

• Expectativas. Las esperanzas puestas  en la educación a distancia, son que se amplía el acceso y la oportunidad de aprender, para cualquier persona, en cualquier momento y en cualquier lugar. Ello permite lograr una mayor cobertura  y  flexibilidad, pues los estudiantes son quienes eligen el momento y el lugar para  estudiar. Otro factor  que influye en las expectativas es la idea de ampliar la autonomía de los estudiantes. Esta es una competencia indispensable en la sociedad del conocimiento, la cual demanda la actualización continua del saber. Sin embargo, en la práctica la idea de autonomía se refiere más al autodidactismo exigido al estudiante a distancia que a las tareas de inducción para adquirir una  ‘sed por el saber’. Los programas a distancia generalmente no amplían la libertad de elección de los contenidos, calendarios escolares o formas de aprender, que serían otros parámetros de autonomía.

Por lo general, las anteriores expectativas son acertadas, siempre y cuando se trabaje de acuerdo con los principios derivados de la teoría y la investigación en este campo. Prueba de ello es que la Unión Europea descansa sus proyectos de innovación regional en la actualización permanente a distancia de los adultos, independientemente de su origen socioeconómico, geográfico o étnico.

• Necesidades. Respecto a la investigación, no tengo noticia de que exista una entidad oficial que de un seguimiento continuo y objetivo a esta importante transformación en la manera de educar. Y ello es preocupante si se considera que el pasado 12 de enero la SEP informó que existen 668 instituciones de educación superior con programas académicos semiescolarizados y a distancia, cuya matrícula asciende a 340 mil estudiantes (http://www.unadmexico.mx/portal/index.php/comunicados/129-buap-y-universidad-abierta-y-a-distancia-de-mexico-signan-convenio-2).

Simplemente la Universidad a Distancia de México (UnADM) “tiene una matrícula de 103,661 estudiantes, lo que equivale al 2.7 por ciento de la cobertura en educación superior en el país”. Tales cifras se difundieron  el pasado 2 de febrero, durante la ceremonia de relevo de su titular, Dr. Francisco Cervantes Pérez por el Dr. José Gerardo Tinoco Ruiz.

Los datos anteriores evidencian la importancia de establecer de una entidad de investigación responsable de  dar seguimiento al acontecer de la educación universitaria a distancia en México, esfuerzo que incluiría  la documentación de la ‘movilidad virtual’ que consiste en el aprendizaje en universidades en línea de otros países, proceso al que tampoco se le da seguimiento, según afirma el Lic. Manuel Moreno Castañeda, rector del Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara (SUV, UdG). Al parecer, hasta el momento no hay ninguna entidad que pueda contestar a la pregunta: ¿Qué esta pasando en las 668 instituciones de educación superior en línea? Este asunto es resoluble dado que actualmente existen las herramientas informáticas y de investigación ideales para realizar esa tarea. Solamente al  contar con datos objetivos, es factible  retroalimentar un subsistema de estas dimensiones.

Ciertamente,  ha habido iniciativas que se remontan a más de un  quinquenio, para fundar organismos que atiendan de manera comprensiva los asuntos de expansión, calidad,  y trabajo en red de la educación superior a distancia.  Pero al parecer, sus funciones no incluyen el seguimiento y la investigación comprehensiva, que ponga a la disposición los indicadores de desempeño sobre el acontecer de esta nueva forma de enseñar y aprender.
Entre las entidades que se ocupan del tema se encuentran el Espacio Común de Educación Superior a Distancia (Ecoesad), establecido en el 2007, el cual se enfoca a la expansión de esta modalidad, atendiendo principalmente el asunto de la calidad.  Asimismo, el Sistema Nacional de Educación a Distancia (Sined) surgido como Asociación Civil en el 2009 se encuentra en discusión  de quién debería ser el líder,  la SEP o  la ANUIES. También existe la propuesta del  2014  para establecer Espacio Común de Educación Superior en Línea (Eseceli), de alcance latinoamericano. Pero este proyecto está en ciernes. De hecho, la Universidad Oberta de Catalunya está contribuyendo con su experiencia a definir el plan de trabajo para 2016. (http://www.uoc.edu/portal/es/latinoamerica/novedades/2016/noticia_001.html)

• Yerros. Existen tres ideas erróneas que impulsan el establecimiento de nuevas universidades en línea, y estas pueden afectar profundamente, tanto la calidad de la educación ofrecida como los resultados esperados. Tales yerros son: a) el tecnocentrismo, b) la equivalencia entre lo real y lo virtual y c) la reducción de costos.

• Tecnocentrismo. El enfoque tecnocéntrico da prioridad al establecimiento de la infraestructura tecnológica de acceso y conectividad de los equipos, asumiendo que el resto de procesos se dará por añadidura.  De ahí que, como se señala  irónicamente el epígrafe al inicio de este artículo, se da por hecho que un mejor aprendizaje ocurrirá automáticamente al haber provisión digital, sin considerar que el locus del aprendizaje individual esta en el cerebro humano y no en las máquinas.

• Equivalencia entre lo real y lo virtual. La idea de equivalencia obvia las diferencias que existen  en los ambientes tangibles y los intangibles, respecto a los parámetros de tiempo, espacio, interacción y formas de constitución de los individuos. En cuanto a la interacción, las relaciones mediadas por tecnología  son percibidas por los usuarios como ‘más frías’ que las presenciales, pero también son frágiles y evanescentes. Por ello se les ha caracterizado como líquidas o acuosas. La interacción en línea facilita el engaño, al  embozar y multiplicarse las identidades de los usuarios. Por otra parte el ámbito digital transforma la realidad tridimensional en representación bidimensional, siendo que la imagen tiene enormes diferencias con lo real. Sin embargo, estas se trabajan como espacios equivalente.  Pero lo más importante de los ambientes intangibles es que caen los muros que constreñían lo ético y profundo de lo criminal y aberrante. En los espacios virtuales, los jóvenes encuentran  tanto las más altas expresiones del arte, del conocimiento y del espíritu humano como la narcocultura, la pornografía, el asesinato a sangre fría y el tráfico humano. Al tenerse acceso a todo, todo parece permisible a la generación digital. Aquí nos preguntaríamos si los programas de licenciatura, sean o no en línea, apoyan a los estudiantes para comprender el impacto que puede tener en sus vidas esa inevitable realidad.

• Reducción de Costos. La idea de abatir costos  educativos mediante la educación superior en línea puede resultar desastrosa para los jóvenes más necesitados de una formación  que les ayude a crecer como profesionales y como ciudadanos. En el esfuerzo de cumplir con esta errónea expectativa, lo primero que se hace es vaciar de contenido el concepto de universidad. Se dejan de lado las funciones sustantivas de investigación, y extensión para atender solamente la docencia, constriñéndose ésta aún más al organizarse primordialmente la oferta en las ‘ciencias blandas’. Se olvida también el papel socializador de la universidad.

Con frecuencia, las licenciaturas se diseñan como un repositorio de contenidos y guías de estudio, carentes de un  diseño instruccional pertinente y de un sistema apropiado de soporte al estudiante. La queja más común sobre la calidad de la educación a distancia es que los facilitadores no cumplen con la función de retroalimentar de manera inmediata y significativa el trabajo  individual, y que el trabajo colaborativo se convierte en una simulación. En ocasiones, la calificación aprobatoria depende simplemente de haber subido el trabajo final a las plataformas, en la fecha esperada. En tales circunstancias, educar  en línea se convierte en un juego de falaces ilusiones.
Adicionalmente, se evita la discusión sobre los jóvenes del nuevo milenio,  quienes, por todo lo arriba expresado, son distintos a los de las generaciones precedentes. Por ello traer prácticas educativas en línea con estrategias de la educación presencial del siglo pasado es un pasaporte al fracaso institucional y a las aspiraciones de quienes quieren formarse como profesionales competentes. Ojalá que estos asuntos se abrieran a la discusión entre todos los involucrados.

Por último, la educación en línea un sistema descentralizado por naturaleza. Por ello, un solo programa, muy bien diseñado, puede atender las necesidades de los estudiantes cualquier rincón del país, o del planeta mismo. Las ineludibles especificidades del contexto podrían atenderse mediante contenidos suplementarios. En consecuencia, ¿no sería mejor  concentrar los esfuerzos de expansión en un pequeño conglomerado de calidad internacional, que dispusiera de un fuerte apoyo financiero y profesional, administrado con una ética intachable, antes que multiplicar las pruebas de ensayo y error de las universidades en línea en cada uno de los estados?

Fuente:http://campusmilenio.mx/index.php/template/reportaje-y-ensayo/articulos/item/4141-expectativas-necesidades-y-errores