Por Carlos Reyes
Este tipo de cursos debe impulsar la superación curricular de los implicados y generar un impacto directo en la sociedad.
Los posgrados en México requieren de una reestructuración a fondo. Los planes y programas de estudio que se imparten demandan de una actualización adecuada para potencializar la formación de recursos humanos en muchas áreas del conocimiento.
Se trata de acercar este nivel de estudios a los requerimientos del sector productivo y contribuir a la solución práctica de problemas en biotecnología, medio ambiente, alimentación, desarrollo sustentable, seguridad informática, por citar algunos.
De acuerdo con rectores y especialistas, es momento de repensar las metas que se trazaron con la conformación de los posgrados para que no se agoten en el terreno académico.
Que vayan más allá de la superación curricular de los implicados y tengan impacto directo en la sociedad y en el entorno en el que se desenvuelven los miles de estudiantes que año con año egresan de las diferentes opciones educativas.
Además, sostienen, se debe garantizar a plenitud la calidad de la oferta educativa del posgrado, frente a la proliferación de opciones que no cuentan con los estándares mínimos de calidad y apuntan solamente a lucrar con las aspiraciones profesionales de quienes desean continuar sus estudios más allá de una licenciatura.
La pertinencia y la calidad por encima de todo. Ése debe ser el objetivo central y por eso plantean que la revisión de este nivel educativo podría ser benéfica para el desarrollo de la propia educación superior y del país.
Sin embargo, sostienen que estudiar un posgrado no debe ser visto como la panacea o la llave que abra las puertas de manera automática del mercado laboral.
Es parte de la formación continua por la que apuestan miles de jóvenes y las instituciones de educación superior deben estar listas para ofrecerles las herramientas adecuadas para enfrentar ese reto.
La continuidad escolar
De acuerdo con las cifras más recientes de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), en la actualidad hay más de 330 mil personas cursando alguna especialidad, maestría o doctorado.
La mayoría de ellas, alrededor de 237 mil, se encuentran instaladas en alguna maestría. Ahí es donde se concentra la mayor parte del posgrado en el país.
Esta tendencia habla de un crecimiento anual de más del 4 por ciento. Dicho crecimiento se da principalmente en el sector privado, debido a que los profesionistas buscan escuelas del sector privado para cursar su maestría.
65 por ciento de las universidades particulares contra 35 por ciento de las instituciones públicas de educación superior.
Un patrón que se revierte en el caso de las especialidades y los doctorados, ya que las escuelas públicas son las más solicitadas, con alrededor del 60 por ciento.
Las entidades con mayor matrícula en posgrados son la Ciudad de México, con más de 83 mil; el Estado de México, con más de 34 mil; Puebla, con más de 25 mil; y Nuevo León, con más de 21 mil.
En ese contexto, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública, las maestrías y doctorados en escuelas que no cumplen con los requerimientos de calidad necesarios crecen alrededor de 5 por ciento por año.
En promedio, existen más de 7 mil programas de licenciaturas, maestrías y doctorados que no cumplen con la calidad mínima requerida para su certificación.
Esto representa 45.6 por ciento de las opciones de estudio de nivel superior en el sector privado, las cuales no cuentan con el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios Superiores (RVOE).
Sobre este crecimiento en la matrícula de posgrado, los datos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) revelan que en este año se incrementó el número de becas para continuar loso estudios, al pasar de 46 mil 818 becas en 2012 a 61 mil 677 en 2016.
Asimismo, el número de personas con maestría o doctorado en México ha crecido de manera exponencial en las últimas décadas. De 2000 a 2010 se incrementó 131 por ciento, al pasar de 388 mil 397 personas a 897 mil 587.
Sin embargo, el propio Conacyt reconoce que aún es muy bajo el porcentaje de mexicanos que cuenta con un posgrado o por lo menos una licenciatura, si se compara con las cifras de otros países.
En México, menos de 18 por ciento de la población cuenta con una licenciatura o un posgrado, mientras que en naciones como Japón, Corea o Estados Unidos es de aproximadamente 50 por ciento.
En ese sentido, José Mustre de León, director del Centro de Investigaciones Avanzadas (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), apunta que el crecimiento de los posgrados debe tomar en cuenta las necesidades del sector productivo.
“Se necesitan posgrados más flexibles que otorguen una conexión más fuerte con la industria. Si bien ya hay varios esfuerzos en posgrados dirigidos a la industria, Conacyt pide una dedicación de tiempo completo, lo cual no es posible hacer cuando están dirigidos para atender al sector industrial”, plantea.
Al respecto, un estudio del Consejo Mexicano del Posgrado (Comepo) establece que de los 10 mil 737 posgrados que se ofrecen en México, 70 por ciento está dedicado a las ciencias sociales y humanidades, y sólo 30 por ciento a ciencias duras, un asunto que impacta en la pertinencia de este nivel educativo.
Una cifra que se radicaliza si se toma en cuenta el número de estudiantes inscritos, ya que el 77 por ciento cursa los programas de ciencias sociales y humanidades.
De acuerdo con Marcial Bonilla, investigador del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt), de todos, sólo 20 por ciento pertenece al Programa Nacional de Posgrado de Calidad, lo que tiene un fuerte impacto en la calidad de los programas.
“Para que una universidad ofrezca un posgrado requiere de un permiso de la Secretaría de Educación Pública, o bien, el aval de una institución de investigación, pero sólo el Programa Nacional de Posgrados de Calidad, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, se ha dado a la tarea de revisar sistemáticamente los programas de estudio y certificar a los profesores”, apunta.
Las posibilidades reales
Para el secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, las políticas en favor del fortalecimiento del posgrado deben ser constantes e impulsar el desarrollo de este nivel de estudios.
En ese sentido, de modificarse el actual Reglamento General de Estudios de Posgrado (RGEP), se podría dar cabida a las dobles titulaciones, los dobles grados y los estudios interdisciplinarios.
“Estamos seguros de que es el nivel educativo que debe crecer más en la universidad, y que tenemos que responder de manera más eficaz a los cambios en el entorno, en el que se necesita mayor número de estudios especializados de posgrado”, apunta.
Por su parte, para el rector de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), José Manuel Piña Gutiérrez, el desarrollo de los posgrados no debe descuidarse porque en ellos reside mucho del potencial que espera el país en varias áreas del conocimiento.
“La formación del capital humano, posgraduado debe ser una puesta prioritaria por las instituciones de educación superior, para forjar mejores condiciones de desarrollo en el país”, señala el rector de la UJAT.
Comenta que una de las fortalezas importantes que debe distinguir a las universidades públicas del país es la cualidad educativa en todos los niveles y esa no debe ser la excepción del posgrado.
“Tener este estándar de excelencia no ha sido de una manera una labor sencilla, pero nos hemos empeñado en brindar a la sociedad una oferta educativa pertinente también en el posgrado”, explica.
En tanto, Enrique Fernández Fassnacht, Director General del Instituto Politécnico Nacional (IPN), apunta que la formación de posgraduados es una de las prioridades de la institución, debido a que en ello reside una de sus fortalezas centrales.
Esto, porque el IPN forma a los científicos y tecnólogos altamente calificados que desarrollan el conocimiento socialmente útil que el país requiere para resolver sus problemas más urgentes.
Plantea que actualmente, la matrícula de posgrado es de más de 6 mil alumnos inscritos en alguno de los 140 programas disponibles.
De éstos, 72 por ciento forman parte del Padrón Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y 13 están acreditados como programas de competencia internacional.
Por si parte, Juan Pedro Laclette, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y expresidente del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), la labor de este Padrón Nacional de Calidad es fundamental porque no puede tener la misma calidad un programa de posgrado donde toda la planta académica, la infraestructura y los planes de estudio son evaluados periódicamente, que otro que se imparte sin ninguna acreditación.
“Qué tipo de doctores estamos formando, nadie revisa la calidad del grueso de los posgrados en México pues la mayoría pertenecen a instituciones privadas”, comenta.
José Francisco Valdés, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, considera que se ha llegado a esta situación en el país porque hacer posgrados en ciencias sociales es muy fácil.
“Para eso las universidades patito no requieren ningún recurso adicional. Hacer un posgrado en ciencias duras requiere de laboratorios, instalaciones, personal preparado, cuestiones costosas, y entonces, para revertir este problema, lo que se necesita es invertir más en ciencia”, advierte.
Potencial a medias
Sobre el tema, Manuel Fermín Villar Rubio, rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), considera que el posgrado debe ser el detonante de los procesos de innovación del paísy la Expo posgrado 2016 que permanecerá vigente del 12 al 14 de octubre, donde se ofertarán diversos programas de maestría, doctorado y especialidades de universidades de México.
Villar Rubio puntualiza que los retos de los posgrados en México pasan por la actualización de los programas para que estén acordes con las necesidades de la región y el país.
“Los estudios de posgrado le dan mayor capacidad a los alumnos y egresados, así como el intercambio de experiencias y buenas prácticas que promuevan la actualización e innovación en diversas áreas”, señala el rector de la UASLP.
En tanto, Luis Ponce Ramírez, director adjunto de Posgrado del Conacyt, asegura que, para transitar hacia modelos de sociedad y economía avanzadas en el conocimiento se requiere formar un número mayor de maestros y doctores, de acuerdo con los requerimientos del país.
Además comenta, se debe fomentarse la innovación tecnológica, ya que la mayoría de los productos de posgrado se traduce en publicaciones académicas y muy pocas en innovaciones tecnológicas útiles para el sector productivo.
“Tenemos que buscar nuevas formas de hacer investigación para que los estudios sean más puntuales y exista una mayor integración con las instituciones, por lo que es el gran paso que debemos de dar”, plantea.
Y es que, de acuerdo con un estudio realizado sobre 142 mil productos universitarios, 96 de ellos están ubicados en la generación de nuevo conocimiento, de los cuales sólo cuatro eran patentes o derechos de autor.
“Estos resultados exigen una gran reflexión por parte de los docentes y es una corresponsabilidad entre instituciones”, sostiene.
Por su parte, Ernesto Treviño Ronzón, investigador del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana (UV), considera que el posgrado es una de las principales ofertas de formación en la educación superior, nivel educativo que ha tenido una trayectoria interesante y que en México ha adquirido mayor relevancia debido a la valoración de la continuidad en los estudios después de la licenciatura.
“Es por ello que “existe una constante preocupación por conocer las condiciones objetivas en que éste se puede desarrollar en la diversidad de instituciones del panorama actual”, apunta.
A eso le deben apostar las instituciones de educación superior del país. Y en eso, seguramente trabajarán en los próximos años para consolidar la oferta de posgrado.